Hija de María Auxiliadora, nació en Sanja Cue, Concepción el 17 de mayo de 1957. Hizo su primera profesión el 24 de enero de 1982. Pasó por varios servicios inspectoriales. Actualmente se encuentra como Directora de la Comunidad Religiosa “Mamá Margarita”, de Ñu apu’a. Comparte con nosotros en una forma sencilla pero profunda el paso de Dios en su vida y nos invita a no tener miedo de entregar nuestras vidas a los más pobres e ir a las periferias existenciales, donde nos recuerda que la “vida religiosa es difícil pero hace feliz”.

¿QUÉ NOS PODES DECIR DE TU FAMILIA?

Antes de hablar de mi familia, tendría que dar gracias a Dios por la hermosa familia que me regaló. Somos ocho hermanos de los cuales cinco son varones y tres mujeres. Mis padres eran gente humilde y sencilla pero con muchos valores sobre todo los valores cristianos. Viví con ellos quince años, pero en esos quince años que yo viví con mis padres fue y es el cimiento de mi vocación cristiana y luego la religiosa, por eso estoy muy agradecida con mis padres y mi familia. Viví una infancia linda muy sencilla

en las campiñas del departamento de Concepción, el lugar se llama Sanja Cue, este sector le pertenecía a la parroquia María Auxiliadora de los salesianos que atendían en el sector rural.

En ese lugar teníamos como párroco al Padre Sandalio Arguello, al Padre Otilio Piñanez y un tiempo también fue el Padre Atilio Barboza.

Algo que me quedó grabado fue una conversación que tuvo mi padre con una persona, y que le decía que lo que es él y su esposa se le debe al Padre Sandalio Arguello, fueron sus grandes maestros, pero alguien que mucho ayudó a mi mamá, y a mi papá fue el Padre Sebastián Pintos, nosotros crecimos dentro de esa formación salesiana en el amor a la Madre de Dios, bajo la advocación de la Auxiliadora y amor a Don Bosco. El primer salesiano que me habló y me preguntó si que quería ser cuando sea grande, fue el muy bien recordado Paí Eleucadio Agüero, él fue a rezar su segunda misa en nuestra

comunidad y como yo siempre le acompañaba a mi papá, allí el Paí Agüero me hizo la pregunta de mi vida. Yo le había respondido que no sabía que quiero ser. También mis maestras del primer grado y sexto grado fueron exalumnas del colegio de la Hijas de María Auxiliadora, donde mi padre me solía decir siempre que cuando sea un poco más grande me llevaría con las Hermanas Salesianas porque ellas forman muy bien para la vida y me decía también que él me quería ver una profesional como las profesoras que tuve.

Es importante decir que en mi familia paterna tengo tías y primas religiosas franciscanas, pero nunca me hablaron nada de su congregación, pero a mí siempre me llamaba la atención las salesianas, por lo que mi padre me contaba de ellas.

HABLANOS DEL INICIO DE TU VOCACIÓN A LA VIDA RELIGIOSA

Es que así que mi padre me llevó con las salesianas como alumna interna, estuve tres hermosos años como pupila en el colegio de las salesianas en Concepción. Allí conocí a Sor Flora de la Fuente, ella fue la mujer que me acompañó y me ayudó a descubrir mi vocación religiosa, luego pasé al aspirantado en San Lorenzo, donde estuve cuatro años, luego hice el postulantado y el noviciado en Lambaré y toda mi formación restante continué en la ciudad capital, Asunción.

La primera comunidad donde trabajé fue en la de Villarrica.

El juniorado intensivo lo realicé en el Colegio Eusebia Palomino, en aquella época fue de un año.

Luego pasé al Colegio María Auxiliadora de Asunción, donde hice mi formación docente. Soy maestra de la EEB.

Trabajé muchos años con los jóvenes en el Movimiento Juvenil Salesiano. Es importante decir que he trabajado muy bien con los salesianos a lo largo de mi vida religiosa, con el Mons. Edmundo Valenzuela, Padre Cristóbal López, Padre Severo Aquino y otros.

Luego seguí mis estudios en la Universidad Católica y obtuve el título de Licenciada en  Ciencias de la Educación, es importante aclarar que esto lo logré con mucho esfuerzo y dedicación porque a la mañana y tarde trabajaba en los colegios y a la noche iba a la facultad.

LOS SERVICIOS QUE PRESTASTE

Son varios servicios a lo largo de estos años: asistente, profesora de aula, catequista, referente para MJS, coordinadora de Formación Docente en el Colegio María Auxiliadora de Asunción, Misionera en el Chaco en la Escuela Internado de Ñu Apu’a como Directora de colegio y comunidad religiosa.

¿CUALES FUERON LAS COMUNIDADES DONDE YA ESTUVISTE?

Asunción, Villarrica, Concepción, Eusebia Palomino, Minga Guazú, Misiones del Chaco

CUENTANOS DE TU VENIDA COMO MISIONERA AL CHACO

Yo estoy convencida que Dios hace su historia de salvación, porque yo jamás pensé venir al Chaco, nunca se me pasó por la mente, cuando yo estuve por el Colegio Palomino me pidieron hacer un curso en el Brasil en Porto Alegre un mes y sinceramente parece que ese curso que fui a hacer me preparó para iniciar mi experiencia misionera, porque cuando yo volví de ese curso nos estaba visitando las reliquias de Don Bosco en el Colegio María Auxiliadora de Asunción, Sor Venancia González me pide venir a trabajar en el Chaco en Fuerte Olimpo con Mons. Valenzuela, estuve como directora y ayudaba al Obispo en la oficina, además los días viernes, iba a trabajar con los niños y jóvenes de la comunidad de Puerto Guaraní, distante a unos 30 Km de mi casa. A mi cargo estaba la celebración de la Palabra, daba catequesis, visitaba a los enfermos, conversaba con las familias, todas estas actividades la realizaba como misionera.

Algo que me ayudó mucho fue el conversar constantemente con Mons. Edmundo Valenzuela, cuando estuvo como Obispo, podría decir que fue mi maestro en muchas cosas y le estoy muy agradecida.

Ahora bien entre mis conversaciones siempre el Mons. Edmundo me hablaba de la Escuela Internado de Ñu Apu’a y que yo le podría ayudar mucho a esta escuela por mi formación y me acuerdo que siempre me callaba, nunca le decía nada, ni sí ni no, y él me decía siempre el silencio Sor Pascuala. Lo que sí cuando la Inspectora me propuso al año siguiente ir a trabajar a Ñu Apu’a no dudé en ir y hasta ahora estoy y puedo decir que estoy muy feliz a pesar de las dificultades.

¿QUE IMPLICA ESTAR EN UN INTERNADO PARA UNA RELIGIOSA?

Significa estar con los niños/as las 24 horas de lunes a lunes, no le podemos dejar solos. A los chicos le tenemos siempre con nosotros esto es una ventaja pero la desventaja es que no pueden estar con sus padres porque sus padres están lejos.

¿QUE TE PARECE QUE TENEMOS QUE IR TRABAJANDO EN NUESTRA ESCUELA?

Trabajar a nivel de familia, acercarse a ellos, ver la estrategias de que ellos le visiten más a sus hijos porque algunas veces traen a sus hijos, le dejan y muy poco le visitan, para que puedan apoyar a sus hijos/as pero no es fácil por la distancia donde viven.

Lo segundo me parece muy importante la capacitación docente, como siempre estamos juntos el peligro puede ser la monotonía, hacer el trabajo igual como siempre se hizo. Algunas veces nos dificulta la distancia para que vengan los capacitadores.

Lo tercero nos hace falta algunos profesionales como psicólogos, pedagogos porque nuestros niños/as vienen de familias muy golpeadas por la separación de sus padres y esto es una urgencia.

¿QUE CONSEJOS LE DARÍA A LAS NUEVAS GENERACIONES DE RELIGIOSAS?

Mucho amor a Dios y mucha entrega, porque estoy segura también que este trabajo no es tan fácil y esto es lo que a una religiosa la sostiene. Nuestro TODO y nuestra FORTALEZA es el Señor si nuestras vidas no está sustentado en él nuestra estadía se hace difícil, porque aquí te ejercita mucho en la gratuidad, en hacer las cosas y no esperar recompensa al día siguiente. Estamos siempre tentados, como estamos todos los días con los chicos, algunas veces parece que no se ve, pero nosotros debemos encargarnos en sembrar y el Señor Dios se encargará de hacer crecer esa semilla que sembramos con mucho amor. Por eso yo les animo a mis hermanas jóvenes a arriesgarse también ya que ahora el Santo Padre Francisco y la Iglesia toda nos invitan a ir a las periferias y creo que esta es una de las grandes periferias que tenemos en la inspectoría.

¿QUE CONSEJOS LE DARÍAS A LOS JÓVENES QUE QUIEREN ENTREGAR SU VIDA PERO QUE TIENEN MIEDO?

Cuando yo fui aspirante había leído un documento del Papa Pablo VI y decía LA VIDA RELIGIOSA ES DIFÍCIL PERO HACE FELIZ, yo creo que en eso tenemos que pensar, sé también que nada es fácil pero estoy convencida que cuando la persona tiene bien clara la meta a la que quiere llegar, ¿para qué quiero hacer? y uno pone todas sus capacidades y el resto se encargará Dios de hacer fructificar porque es el Señor Dios, quien hace surgir en nosotros la vocación, solo disponibilidad de parte de nosotros.

Fuente: Revista VACH (Vicariato Apostólico del Chaco)