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El discurso que el Papa no leyó en el encuentro con los jóvenes en Paraguay.

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Este es el discurso completo que el Papa Francisco no leyó en el encuentro con los jóvenes en Paraguay esta tarde:

Queridos jóvenes:

Me da una gran alegría poder encontrarme con ustedes, en este clima de fiesta. Poder escuchar sus testimonios y compartir su entusiasmo y amor a Jesús. Gracias a Mons. Ricardo Valenzuela, responsable de la pastoral juvenil, por sus palabras. Gracias Manuel y Liz por la valentía en compartir sus vidas, sus testimonios en este encuentro. No es fácil hablar de las cosas personales y menos delante de tanta gente. Ustedes han compartido el tesoro más grande que tienen, sus historias, sus vidas y cómo Jesús se fue metiendo en ellas.

Para responder a sus preguntas me gustaría destacar algunas de las cosas que ustedes compartían. Manuel, vos nos decías algo así: «Hoy me sobran ganas de servir a otros, tengo ganas de superarme». Pasaste momentos muy difíciles, situaciones muy dolorosas, pero hoy tenés muchas ganas de servir, de salir, de compartir tu vida con los demás.

Liz no es nada fácil ser madre de los propios padres y más cuando uno es joven, pero qué sabiduría y maduración guardan tus palabras cuando nos decías: «Hoy juego con ella, cambio los pañales, son todas las cosas que hoy les entrego a Dios y estoy apenas compensando todo lo que mi madre hizo por mí».

Ustedes jóvenes paraguayos, sí que son valientes. También compartieron cómo hicieron para salir adelante. Dónde encontraron fuerzas. Los dos dijeron: «En la parroquia». En los amigos de la parroquia y en los retiros espirituales que ahí se organizaban. Dos claves muy importantes: los amigos y los retiros espirituales.

Los amigos. La amistad es de los regalos más grande que una persona, que un joven puede tener y puede ofrecer. Es verdad. Qué difícil es vivir sin amigos. Fíjense si será de las cosas más hermosas que Jesús dice: «yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre» (Jn 15,5).

Uno de los secretos más grande del cristiano radica en ser amigos, amigos de Jesús. Cuando uno quiere a alguien, le está al lado, lo cuida, ayuda, le dice lo que piensa, sí, pero no lo deja tirado. Así es Jesús con nosotros, nunca nos deja tirados. Los amigos se hacen el aguante, se acompañan, se protegen. Así es el Señor con nosotros. Nos hace el aguante.

Los retiros espirituales. San Ignacio hace una meditación famosa llamada de las dos banderas. Describe por un lado, la bandera del demonio y por otro, la bandera de Cristo. Sería como las camisetas de dos equipos y nos pregunta, en cuál nos gustaría jugar.

Con esta meditación, nos hace imaginar, cómo sería pertenecer a uno u a otro equipo. Sería como preguntarnos, ¿con quién querés jugar en la vida? Y dice San Ignacio que el demonio para reclutar jugadores, les promete a aquellos que jueguen con él riqueza, honores, gloria, poder. Serán famosos. Todos los endiosarán.

Por otro lado, nos presenta la jugada de Jesús. No como algo fantástico. Jesús no nos presenta una vida de estrellas, de famosos, por el contrario, nos dice que jugar con él es una invitación, a la humildad, al amor, al servicio a los demás. Jesús no nos miente. Nos toma en serio.

En la Biblia, al demonio se lo llama el padre de la mentira. Aquel que prometía, o mejor dicho, te hacía creer que haciendo determinadas cosas serías feliz. Y después te dabas cuenta que no eras para nada feliz. Que estuviste atrás de algo que lejos de darte la felicidad, te hizo sentir más vacío, más triste.

Amigos: el diablo es un «vende humo». Te promete, te promete, pero no te da nada, nunca va a cumplir nada de lo que dice. Es un mal pagador. Te hace desear cosas que no dependen de él, que las consigas o no. Te hace depositar la esperanza en algo que nunca te hará feliz. Esa es su jugada, esa es su estrategia.

Hablar mucho, ofrecer mucho y no hacer nada. Es un gran «vende humo» porque todo lo que nos propone es fruto de la división, del compararnos con los demás, de pisarle la cabeza a los otros para conseguir nuestras cosas. Es un «vende humo» porque, para alcanzar todo esto, el único camino es dejar de lado a tus amigos, no hacerle el aguante a nadie. Porque todo se basa en la apariencia. Te hace creer que tu valor depende de cuánto tenés.

Por el contrario, tenemos a Jesús, que nos ofrece su jugada. No nos vende humo, no nos promete aparentemente grandes cosas. No nos dice que la felicidad estará en la riqueza, el poder, orgullo. Por el contrario. Nos muestra que el camino es otro. Este Director Técnico les dice a sus jugadores: Bienaventurados, felices los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos por la justicia. Y termina diciéndoles, alégrense por todo esto (cf. Mt 5,1-12).

¿Por qué? Porque Jesús no nos miente. Nos muestra un camino que es vida, que es verdad. Él es la gran prueba de esto. Es su estilo, su manera de vivir la vida, la amistad, la relación con su Padre. Y es a lo que nos invita. A sentirnos hijos. Hijos amados.

Él no te vende humo. Porque sabe que la felicidad, la verdadera, la que deja lleno el corazón, no está en las «pilchas» que llevamos, en los zapatos que nos ponemos, en la etiqueta de determinada marca.

Él sabe que la felicidad verdadera, está en ser sensibles, en aprender a llorar con los que lloran, en estar cerca de los que están tristes, en poner el hombro, dar un abrazo. Quien no sabe llorar, no sabe reír y por lo tanto, no sabe vivir. Jesús sabe que en este mundo de tanta competencia, envidia y tanta agresividad, la verdadera felicidad pasa por aprender a ser pacientes, a respetar a los demás, a no condenar ni juzgar a nadie.

El que se enoja, pierde, dice el refrán. No le des el corazón a la rabia, al rencor. Felices los que tienen misericordia. Felices los que saben ponerse en el lugar del otro, en los que tienen la capacidad de abrazar, de perdonar. Todos hemos alguna vez experimentado esto. Todos en algún momento nos hemos sentido perdonados, ¡qué lindo que es! Es como recobrar la vida, es tener una nueva oportunidad. No hay nada más lindo que tener nuevas oportunidades. Es como que la vida vuelve a empezar.

Por eso, felices aquellos que son portadores de nueva vida, de nuevas oportunidades. Felices los que trabajan para ello, los que luchan para ello. Errores tenemos todos, equivocaciones, miles. Por eso, felices aquellos que son capaces de ayudar a otros en su error, en sus equivocaciones. Que son verdaderos amigos y no dejan tirado a nadie.

Esos son los limpios de corazón, los que logran ver más allá de la simple macana y superan las dificultades. Felices los que ven especialmente lo bueno de los demás.

Liz, vos nombraste a Chikitunga, esta Sierva de Dios paraguaya. Dijiste que era como tu hermana, tu amiga, tu modelo. Ella, al igual que tantos, nos muestra que el camino de las bienaventuranzas es un camino de plenitud, un camino posible, real. Que llena el corazón.

Ellos son nuestros amigos y modelos que ya dejaron de jugar en esta «cancha», pero se vuelven esos jugadores indispensables que uno siempre mira para dar lo mejor de sí. Ellos son el ejemplo de que Jesús no es un «vende humo», su propuesta es de plenitud. Pero por sobre todas las cosas, es una propuesta de amistad, de amistad verdadera, de esa amistad que todos necesitamos. Amigos al estilo de Jesús. Pero no para quedarnos entre nosotros, sino para salir a la «cancha», a ir a hacer más amigos. Para contagiar la amistad de Jesús por el mundo, donde estén, en el trabajo, en el estudio, en la previa, por WhatsApp, en Facebook o Twitter.

Cuando salgan a bailar, o tomando un buen tereré. En la plaza o jugando un partidito en la cancha del barrio. Ahí es donde están los amigos de Jesús. No vendiendo humo, sino haciendo el aguante. El aguante de saber que somos felices, porque tenemos un Padre que está en el cielo.

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Comunicado ante el atentado a la Biodiversidad en el Paraguay

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Varias organizaciones socio-eclesiales se pronuncian a través de un comunicado a la opinión pública, dolidos e indignados sobre el terrible daño que están sufriendo las poblaciones campesinas e indígenas del Paraguay, por el avance de la deforestación, la quema indiscriminada de los bosques, la contaminación del agua, tierra y el aire y el incumplimiento de las leyes ambientales.

Articulación Chaqueña-ACHA, Coordinación Nacional de Pastoral Indígena-CONAPI, Conferencia de Religiosos de Paraguay – CONFERPAR, Red Eclesial Gran Chaco y Acuífero Guaraní – REGCHAG, Vicariato Apostólico del Pilcomayo – VAP, Vicariato Apostólico del Chaco – VACH y VIVAT Internacional Py, son las que emitieron el comunicado:

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Intención de oración: Por el cuidado pastoral de los enfermos

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La Santa Sede ha dado a conocer las intenciones de oración del Papa Francisco para el mes de Julio 2024.

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Oremos para que el sacramento de la Unción de los Enfermos dé a las personas que lo reciben y a sus seres queridos la fuerza del Señor, y se  convierta cada vez más para todos en un signo visible de compasión y esperanza.

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Comunicado del Consejo Episcopal Permanente sobre Asamblea de la OEA

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A las autoridades nacionales,
A los fieles católicos,
A las personas de buena voluntad:
Nuestro país será sede de la 54ª Asamblea Permanente de la Organización de Estados Americanos,
OEA, los días 26 al 28 de junio próximo y tendrá como tema central: «Integración y seguridad
para el desarrollo sostenible de la región”.
Al respecto, el Consejo Episcopal Permanente de la CEP expresa:
Valoramos organizaciones como la OEA, que trabajan por la paz en la región, el entendimiento
entre los pueblos, la institucionalidad democrática y el respeto a los Derechos Humanos en nuestro
continente.
Consideramos que las condiciones adecuadas para el desarrollo de los pueblos se dan solo en
profundo respeto a la libertad y la dignidad humana, en armonía con el cuidado de la Casa Común.
En este contexto, señalamos que el marco constitucional de nuestro país protege la vida y la familia
como valores fundamentales sobre los que se edifica nuestra sociedad nacional. El derecho a la
vida es inherente a la persona humana, siendo la familia el fundamento de la sociedad. (cfr. Art. 4
y 49, Constitución Nacional).
En ese sentido, consideramos que ciertas resoluciones propuestas para ser aprobadas, por algunos
países sobre la vida y la familia, no condicen con nuestra carta magna y pueden afectar a nuestra
soberanía, por lo que instamos a nuestras autoridades representantes ante la OEA a realizar las
objeciones que, por derecho, tenemos como país miembro.
La Iglesia cree firmemente en el valor de la vida, desde su concepción hasta la muerte natural, y
en la familia, constituida sobre el matrimonio del hombre y la mujer; por lo que exhortamos al
respeto a estas convicciones de nuestro pueblo y que están garantizadas y protegidas por la
Constitución Nacional.
Saludamos a todas las delegaciones presentes para este evento de la OEA. Alentamos a que las
deliberaciones en nuestro país contribuyan al bien de nuestras naciones, a la protección y
promoción de los sectores sociales más vulnerables y necesitados, al cuidado y la defensa del
medio ambiente, y al combate eficaz contra el crimen organizado trasnacional, que debilita nuestra
democracia y amenaza la estabilidad de la República.
Asunción, 24 junio de 2024.
CONSEJO EPISCOPAL PERMANENTE DE LA CEP

Comunicado del Consejo Episcopal Permanente sobre Asamblea de la OEA

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