La pandemia ha evidenciado las fragilidades de muchas realidades, ha generado nuevos modos de relacionamiento social, distancia de nuestras amistades, adaptabilidad en este nuevo ambiente.  Estamos en la sociedad del conocimiento, de la ciencia, de la técnica y de las comunicaciones. Estamos en la era de la Revolución Digital.

Hoy resuena fuerte esta pregunta ¿Hacia dónde apuntará la educación post crisis?

¿Cuál es el futuro de la educación en general? ¿qué categoría ocupará las clases virtuales?  ¿será un sistema mixto el que prevalecerá, mitad presenciales, mitad digitales?  

Como expresa el fundador de Infonomia.com, Alfons Cornellà. Uno de los requisitos para los profesionales del futuro será “tener voluntad de adaptarse a nuevas situaciones”.

Muchos afirman que, intentar hacer algunas comparaciones entre diferentes épocas no sirve de nada, pero hay que entender que, el mundo de hoy no tiene nada que ver con el que tuvimos nosotros los adultos cuando éramos niños o adolescentes en referencia a la tecnología, acceso a la información, ritmo y la velocidad de los cambios generados, las formas de relacionarse y muchas otras diferencias. En el proceso enseñanza-aprendizaje en la era digital, necesitamos analizar y cambiar algunas cosas.

En primer lugar, se debe reorientar el uso y fin de las redes sociales, se puede aprovechar mucho mejor estas herramientas virtuales. Hoy puedo afirmar que gran parte de jóvenes y adolescente les convierten en analfabetos virtuales, paralizan su creatividad critica, se concentran en los pasajeros y novedosos sin contenidos educativos.

En segundo lugar creo firmemente que, gran porcentaje la educación del futuro será digital y autodidacta, esas realidades se impondrán por su propia fuerza y  hay que enfrentar sin miedo. Pero ojo, no hay que considerar también LA FORMULA, si es y será una herramienta súper importante en la Educación.

Los que pertenecen a esta nueva generación de la era digital, tienen una serie de cualidades específicas como:  les gustan los novedosos, exigen participación y les resulta fácil trabajar en la red. pero percibo también en mi corta experiencia como educador que les cuestan mantener su atención en un único tema, sobre todo si se trata de cosas abstractas.

¿Qué opciones tenemos tanto para clases virtuales y presenciales?

Las formas de aprendizaje están destinadas a la evolución por la presión misma de la tecnología. En la sociedad actual y del futuro requerirán desarrollar talentos y competencias tantos estudiantes y docentes lo que garanticen la capacidad de adaptación a los cambios tecnológicos, esforzarse para superar obstáculos y de resolver situaciones y problemas en diferentes contextos, de convivir y relacionarse con personas con diferentes culturales y diferentes intereses y capacidades. Esto implicará las metodologías y didácticas acorde a sus realidades.

Las riquezas pocas aprovechadas por muchos jóvenes de esta generación digital serian estas: la información útil para construcción nuevos conocimientos en las redes sociales y en otros medios online, y observar experiencias positivas que se están desarrollando en otros centros o lugares de todo el mundo.

La nueva forma de enseñar y aprender virtualmente nos invita a reflexionar y replantearse muchos temas como:  la evaluación, la calificación, distribución de los tiempos, la exigencia académica, la formación continua y la innovación, todas estas actividades deben ser sin ningún condicionamiento o normas impuestas. Empezar con enfoque de diálogo entre todas las partes implicadas porque es algo que nos afecta a todos; esta situación y los tiempos lo requieren. Creo que, en esto momento que no hay receta única.

La realidad virtual avanza muy rápida, exige reflexionar sobre una formación que va mucho más allá de una simple calificación numérica. Demostrar a los educandos una formación que sientan útil, necesaria, asuman como propia, valiosa e imprescindible para su futuro y para su desarrollo personal.

¿la educación post pandemia que desafío trae?

El pensar hacia dónde va la educación post pandemia, se debe de plantear algunos interrogantes como: ¿Qué cambios son prioridad en una sociedad como la nuestra? ¿Qué necesitamos cambiar como sociedad e implementar en la educación? ¿Qué clase de persona necesitamos para el futuro? ¿Cuál es el fin último de la tecnología digital?

Lo que actualmente busca y debe fortalecer en el futuro es lograr que los alumnos sean capaces de llegar al conocimiento de una forma activa y participativa. La investigación y el desarrollo de las cualidades deben ser los fines de la educación en nuevos tiempos.

Ya se tienen experiencias en otros países que, la integración de herramientas digitales en las instituciones educativas permite que los alumnos desarrollen mejor su capacidad y potencialidad de “construir” el conocimiento. Justamente, el “Constructivismo” es un modelo educativo implementado para lograr que los alumnos se vuelvan participativos y que sean ellos mismos, junto con el docente como acompañante, quienes encuentren soluciones a los problemas que se les presentan. Se habla de que ya estamos en cuarta revolución industrial o Revolución Digital que requiere de nuevas alfabetizaciones científicos, tecnológicas para las instituciones educativas, necesitan brindar respuestas seguras a demandas continuas y muy concretos.

Escrito por Lic. Emiliano Servín, especialista en metodología de investigación

Siga el proceso de la Causa Pa’i Puku

Biografía Mons. Pedro Shaw

Monseñor Pedro Shaw (Pa’i Puku, conocido así por su altura característica), nació en Wilrijk, Amberes, Bélgica, el 6 de septiembre de 1.925. Realizó sus estudios primarios en una escuela de la localidad; siendo bastante joven, ingresó a la congregación de los Oblatos de María Inmaculada (OMI), donde hizo su primera profesión religiosa en el año 1.946. Curso sus estudios superiores de Filosofía y Teología en el escolasticado de Gijzegen (Bélgica).
En su tierra natal fue ordenado sacerdote el 30 de septiembre de 1.951. Celebró su primera misa en Gante, Bélgica y poco tiempo después fue enviado como misionero al Chaco paraguayo.
Pa´i Puku se hizo un chaqueño más: vestía, comía, hablaba y trabajaba de la forma en la que hacía la gente del Chaco. En el camino de su misión no encontraba obstáculo que no pudiera pasar.

Trabajó en el Vicariato Apostólico del Pilcomayo desde el año 1.952 hasta 1.965, como misionero itinerante, visitando estancias y las comunidades indígenas.

De 1.965 a 1.973 se desempeñó como cura párroco de la iglesia María Medianera, Km. 156 de la ruta Transchaco y luego de la parroquia de Puerto Elsa, de donde fue llamado para el cargo de Vicario Apostólico. Fueron 32 años de vida religiosa entregada plenamente al trabajo pastoral.
Pa´i Puku fue una persona consustanciada con su misión, con el lugar y con el momento. Fue un misionero consustanciado con el Chaco y su Gente.
La falta de comunicación en el extenso territorio del Vicariato Apostólico del Pilcomayo – VAP – zona de su misión – fue una de sus preocupaciones. En consecuencia comenzó a soñar una radio emisora para el Chaco.
Pa´i Puku murió en 1984, siendo obispo del VAP desde hacía 3 años. Su deceso se produjo cuando viajaba con destino a Asunción para entrevistarse con un técnico extranjero. El motivo de la entrevista planeada era la Radio para el Chaco. Fue golpeado fatalmente por un vehículo transganado a la altura del Km. 27 de la ruta Transchaco en la zona del actual puente Remanso cuando se disponía a solucionar un inconveniente de la camioneta en la que se desplazaba.
A casi 12 años de su muerte, su sueño de misionero comunicador consustanciado con el Chaco Paraguayo se cumplió en la 720 AM, en 1996.

Encuentro un artículo, titulado  El secreto de la felicidad  y pertenece a un libro titulado económicamente  24 Artículos de Rogelio Casas Cadilla,  editado en España hace sesenta años. Me sorprende que fuera por la quinta edición ya en la década del sesenta. De modo que si aborda algo que todos nos hemos interrogado alguna vez en nuestra vida sobre qué es la dicha y cómo vivir plenamente. Sin duda que es un tema  que atrae.

Y arroja un primer ejemplo, cuenta que un niño le preguntó a un anciano: ¿Qué es la felicidad? A lo que este hombre de edad, que había recorrido todos los estados de ánimo de la vida, le respondió sencillamente «la felicidad eres tu».

Ante la mirada de perplejidad del chico, le aclaró lo que cito a continuación: «Cuando pienses bien serás feliz, cuando pienses mal serás desgraciado». Le aclaró que esto pasaría así fuera rico o pobre. Quedó explicado de algún modo, que hay que pactar con la conformidad para ser feliz y ser agradecido de las cosas que la vida te da. Porque es de suponer que cada persona es el único que puede lograrlo, nadie vendrá a traerte la felicidad en una bandeja de oro. Y esa es una realidad que se palpa en el día a día, en que vemos que cada uno porta su egoísmo y que si te da algo es porque tiene más de lo que necesita. ¿Por qué disfrutamos tanto compartiendo amablemente nuestra comida con amigos? Esto es algo que nos hace sentir plenos, aunque no sea precisamente un banquete, sino el compartir de lo que tengamos, sea poco o sea mucho.

Creo que en eso de la «cantidad» es fantasía, lo que es poco para muchos, es una fortuna para los que nada tienen y hay que pensar, que mientras no estemos solos en este mundo, el bienestar de todos es lo que nos hace sentir seguros de vivir en una sociedad.

Pero vuelvo al dichoso artículo, que cumple la misión de levantarme el ánimo y cita a San Francisco de Asís, en cuanto decía, con mucha sabiduría desde luego, que hay que amar aunque uno no sea amado. «Dar aunque a uno se le niegue todo. Perdonar, aunque uno no sea perdonado».

Y hasta aquí creo que voy bien en esta misión de hacer entender que la veta de felicidad que necesitamos está en todos y en cada uno de nosotros. Es inevitable que los que no saben encontrar la felicidad, la están desperdiciando en odios y resentimientos. Es así como aparecen los desgraciados, los hacedores de infortunios para otros y para sí mismos. Así se convierten en portadores de malas noticias y de hechos que recogen las crónicas negras de los diarios.

Cosecho y quisiera compartir esta frase con las palabras escritas por alguien que me las dicta desde las páginas de su libro y del tiempo: «Tu corazón debe ser siempre tu mejor compañero». Así la felicidad no será una utopía.

Por César González Páez